Hoy hemos hecho pública la situación económica del Ayuntamiento de Gandia. Convertimos en normal lo que en los últimos cuatro años no lo ha sido. Los datos que os muestro a continuación son los que el interventor municipal expuso ayer, ante el secretario de estado de Administración Pública y que él ya conocía, durante la reunión que mantuvimos en el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas para abordar el grave problema con el que nos hemos encontrado al llegar al gobierno.
Gandia tiene una deuda, a día de hoy, de 301 millones de euros que se deriva de:
- 13,2 M€ de facturas no contabilizadas
- 30,7 M€ de la deuda comercial del Ayuntamiento; esto es, lo que se debe a los proveedores, en subvenciones y en convenios
- 24M € de facturas registradas pero no aplicadas al presupuesto
- 191M € de la deuda que el Ayuntamiento tiene contraída con los bancos, a los que no paga hace cuatro años
- 55,9M € de la deuda que la empresa pública IPG tiene contraída, también con los bancos
Pero muy probablemente será superior porque aún no tenemos contabilizada la deuda de IPG con sus proveedores ya que los funcionarios municipales han tenido vetada esa información durante la pasada legislatura. Ahora ya están en ello y en un par de días sabremos la respuesta.
A 31 de diciembre del 2014 nuestro Ayuntamiento tenía un remanente de tesorería (negativo) de -31,5M € y ahora sabemos que tarda en pagar a sus proveedores 320 días de media, según el informe de morosidad. Por cierto, que Iberdrola ha requerido al Ayuntamiento para que pague lo que se le debe o, de lo contrario, el día 15 de julio nos corta la luz.
Esta es la magnitud de la irresponsabilidad de cuatro años de mala gestión del gobierno anterior. Esto es lo que nos hemos encontrado después de tanta fiesta, tanto confeti, tanto sarao… Como nos dijo ayer el secretario de Estado de Administraciones Públicas, “ni subiendo todo lo ‘subible’, ni recortando todo lo recortable, esto tiene solución si no pasa por un plan de ajuste”.
Es imprescindible tomar conciencia de la situación que nos dejan y actuar con la responsabilidad que Arturo Torró y su gobierno (y sus palmeros) no tuvieron, visto lo visto, ni un solo día de los últimos cuatro años. Nos hemos comprometido a hacerle frente cumpliendo con los compromisos adquiridos y con sensatez y con seriedad que la realidad requiere. Vamos a tener que hacer muchos esfuerzos para arreglarlo pero, tanto el nuevo gobierno como el Ministerio de Hacienda somos conscientes de que las personas, que no tienen la culpa de la nefasta gestión de sus gobernantes, no pueden cargar con todo el sacrificio.