Publicat: 03/02/2017

Después de vivir desde la bancada de la oposición los años de la legislatura más oscura que ha tenido Gandia, bajo el gobierno del PP, resulta complicado realizar el ejercicio de elegir cuál fue la peor gestión que realizaron aquellos que, decían, venían a salvar Gandia. Pero si tuviese que quedarme con una nefasta gestión, sin duda, sería la de les Escoletes. Chapuza respaldada por la que sigue siendo concejal del PP, Marta Cháfer, y anterior responsable de Educación. Y fue su peor gestión por tres motivos.

En primer lugar, porque con ella Gandia perdía la mayor red de escuelas infantiles públicas de la Comunitat Valenciana. Fuimos pioneros en ello, acabamos con la lista de espera en educación de 0 a 3 años y facilitamos las cosas a aquellas familias que necesitaban un sitio seguro donde dejar a sus hijos e hijas mientras trabajaban fuera de casa.

En segundo lugar, por todo el sufrimiento, injusto e injustificable, de tantas familias que se vieron perjudicadas por la decisión del PP. Un sufrimiento al que la justicia ya puso castigo a quienes, con autoritarismo y clara actitud revanchista, firmaron unos despidos ilegales. Eso sí, el exacalde multimputado del PP en Gandia, y a pesar de que él sabía que lo que estaba haciendo era una ilegalidad e inmoralidad, esto decía en su momento de la sentencia que obligaba a reincorporar a las anteriores trabajadoras que fueron echadas a la calle con difamaciones y malos modos:

Y en tercer y último lugar, por el elevado coste económico que han tenido que pagar los gandienses por aquella decisión. Más de 3,5 millones de euros que, sumados a otras «grandes» operaciones del PP, nos han llevado a tener que gestionar la ciudad subiendo impuestos y recortando gastos.

Por suerte, y aunque la justicia a veces es un poco lenta, el tiempo nos acaba dando la razón. Son varias las sentencias que demuestran que, tal y como denunciamos desde el primer minuto, la decisión de privatizar les Escoletes fue un error que hoy pagan los gandienses. Lo malo es que solucionar todas las chapuzas y pufos que fueron capaces de llevar a cabo en cuatro años, no es tarea fácil. Se necesita paciencia, trabajo y dinero, mucho dinero con el que pagar las sentencias que van llegando por sus malas gestiones.

En la foto que encabeza esta entrada se puede ver uno de los momentos que simbolizan esta enorme chapuza. Los concejales Guillermo Barber y Marta Cháfer salen del pleno municipal riéndose abiertamente de las trabajadoras de les Escoletes, Trabajadoras que, insisto, fueron echadas ilegalmente y difamadas durante años por los que salen riéndose en la imagen, y por sus compañeros de partido. Bien, el tiempo y la justicia pone a cada uno en sus sitio. Tenemos la ilusión y la esperanza de que conseguiremos borrar esa sonrisa mezquina, que les Escoletes volverán a ser públicas y que Gandia será una ciudad ejemplar en materia de educación.

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