Publicat: 15/11/2015

Hoy me he sentado a escribir mi resumen de la semana con un sabor muy amargo. Podría haber sido un post optimista de cara al futuro. De hecho, quería haberos hablado un poco más de esa histórica decisión de la consellera Maria José Salvador de proteger l’Auir; quería hablaros también de mi fin de semana en Madrid, donde tenía intención de participar en la Conferencia Política del PSOE en la que íbamos a aprobar el Programa de Gobierno con el que Pedro Sánchez y los socialistas nos presentaremos a las elecciones del mes que viene; quería haber compartido con vosotros algunas nuevas impresiones de la constitución de las Juntas de Distrito de la Playa, Santa Anna y Corea; y contaros la visita del conseller Rafa Climent a nuestra ciudad. También había pensado contaros algunos detalles del pleno del jueves y un avance de la semana que nos viene ahora.

Pero hoy, nada de todo esto tiene sentido cuando en cada periódico, en cada noticiario y en cada emisora de radio, escuchamos y leemos de muertes, atentados y guerras injustas que han puesto en jaque las libertades de muchos ciudadanos este fin de semana.

Fue el viernes por la noche. Una delegación del PSPV-PSOE de Gandia acabábamos de llegar a Madrid cuando, al sentarnos a cenar, vimos en el informativo que varios atentados terroristas habían causado al menos seis muertes en París. El paso del tiempo convirtió aquella ya de por si triste noticia, en un auténtico horror que ya le ha costado la vida a 130 personas (última cifra a estas horas del domingo. Espero que no haya más fallecidos).

No ha pasado ni un año desde el atentado a la revista Charlie Hebdo y de nuevo el terrorismo yihadista golpea Europa, Francia y París. Realmente triste. Pero no ha sido el único ataque con muertes civiles este fin de semana protagonizado por el Estado Islámico: El Líbano sufrió un atentado con 43 muertos y 239 heridos. Demasiadas vidas inocentes por una guerra injusta que ya dura demasiado.

Frivolizar con el tema y coger la bandera del populismo es lo más fácil para la política ante estas cuestiones. Pero Europa no puede mirar hacia otro lado en un problema que hace peligrar un principio tan básico como es la libertad. Muchos han aprovechado los atentados para hablar de inmigración, de refugiados, de religión… Y olvidan que esto es mucho más que eso. Que cada día el Estado Islámico pone fin a vidas de civiles inocentes en una guerra en la que no debemos olvidar que el mayor número de víctimas son musulmanes. Cierto es que nuestras conciencias se ven atacadas cuando el dolor nos es más cercano geográficamente, pero las cifras de París no deben servir para olvidar lo que pasa en otros países más lejanos, como por ejemplo en Líbano o la propia Siria.

Europa debe tomar cartas en el asunto y debe hacerlo de manera inmediata. Estas cuestiones, por suerte, nos unen a políticos con diferentes maneras de pensar. Y debemos aprovechar esa unión para poner todo nuestro esfuerzo y trabajar para acabar no solo con el terrorismo yihadista, sino también con los enfrentamientos que alimentan este tipo de acciones criminales.

Y, lo más importante: no debemos olvidar a los ciudadanos que sufren en sus casas, cada día, el miedo a sufrir un acto terrorista. Civiles que viven rodeados de muerte y de peligro constante, que se ven obligados a huir en busca de la seguridad que hoy no le ofrecen en su país, inmerso en un conflicto bélico. Hablo, claro está, de los refugiados. Ciudadanos, vengan de donde vengan, que huyen de infiernos como el que se vivió el viernes en París, y que por desgracia, pueden ocurrir en cualquier momento de cualquier día allá en sus países.

No podemos cerrar nuestras fronteras a estos ciudadanos. No podemos mirar hacia otro lado y pensar que esto no va con nosotros. Es una cuestión de solidaridad. Es una cuestión de humanidad. Actuar de manera contundente contra el Estado Islámico y los terroristas no es incompatible con ofrecer ayuda a los más necesitados. No nos hace más débiles. Nos fortalece como sociedad. Nos une.

Quiero terminar expresando que fue muy triste para mí no poder acompañar a mis compañeros del Ayuntamiento de Gandia en la concentración que se hizo como gesto de rechazo a los atentados terroristas en París. La situación nos sobrevino estando ya en Madrid, y el candidato y Secretario General del PSOE, Pedro Sánchez, suspendió la Conferencia Política el mismo sábado a mediodía, por lo que nos resultaba imposible volver a Gandia para la concentración.

Fue una concentración que se celebró a petición expresa del Consulado Francés en Valencia. Se pusieron en contacto con mi gabinete para solicitarnos la posibilidad de sumarnos a las concentraciones y no lo dudamos ni un segundo. De hecho, una representante del Consulado acompañó a los ediles gandienses en el minuto de silencio celebrado en la puerta del consistorio. Mañana sí que estaré presente en el minuto de silencio que se celebrará a las 12 horas en todos los edificios y dependencias públicas a petición del Ministerio del Interior. Aprovecho para hacer un llamamiento a todos los gandienses para que se unan mañana en ese minuto de silencio.

Desde aquí, mi más sentido pésame a las familias de las víctimas y mi rechazo absoluto a los atentados terroristas de este fin de semana. TODOS SOMOS PARÍS .

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